¿Llevas antiguos empastes metálicos y te gustaría cambiarlos?
Te explicamos cómo hacerlo de forma segura
Los antiguos empastes metálicos de amalgama eran restauraciones que daban servicio durante muchos años gracias al efecto de que los productos de corrosión de los metales resultan tóxicos para las bacterias. Sin embargo, están compuestos por una aleación de distintos metales aleados con mercurio.
Sus inconvenientes principales, a parte de su aspecto antiestético, son que no se adherían al diente (con lo que el diente queda debilitado), y que su coeficiente de expansión térmica es muy distinto del diente natural. Es decir, que cada vez que una persona con empastes metálicos se toma un alimento frío o caliente, la contracción y dilatación que sufre la amalgama es muy distinta de la del diente. Por eso, con los años se suelen ir generando pequeñas fracturas, cracks y grietas en las muelas.
Sustituirlos por los nuevos materiales de composite o de cerámica puede ser una buena idea. Las obturaciones de composite van fuertemente adheridas a la superficie de los dientes (es decir, que lo refuerzan, lo sellan y lo protegen). También tienen un coeficiente de expansión térmica mucho más similar al del diente natural. Y por supuesto, su aspecto estético es extraordinario.
Sin embargo, si vamos a retirar los antiguos empastes metálicos, es recomendable hacerlo con seguridad, para evitar que durante el proceso el paciente pueda exponerse en exceso a los restos de mercurio y otros metales pesados.
Por eso sugerimos seguir las siguientes medidas de protección:
- Toma de suplementos, quelantes y vitaminas antes y después de la intervención.
- Retirada de las amalgamas bajo el aislamiento de un dique de goma (que impide que el paciente pueda tragar o aspirar algún resto de la amalgama).
- Filtros especiales de amalgamas en los aspiradores del equipo dental.
- Aspirador quirúrgico de alta potencia junto al diente durante el tratamiento (que elimina los vapores de mercurio que pudieran generarse).
- Protección ocular del paciente y los profesionales.
- Protección nasal del paciente.
